A media copa el tango se le hace eterno
El vestido queda viejo y aún así
Siente el aliento del primero que le bailó el corazón
Se enciende la rocola en su cabeza
Y el bastón goza de aquel ritmo de invierno
Lo recuerda perfecto y lo mira calladita
Enmudece de pronto la vieja
En mente lo tiene, y el cuerpo detiene
En silla dura y blanco vello
No puede contener la copa
Y se le acabo el tango a la vieja
El vestido le queda largo y la vida corta
Y fatigado el bastón discute a la silla viuda
Mientras hacen la espera del alma difunta