jueves, 7 de agosto de 2008

Ay que de pena murió la vieja

A media copa el tango se le hace eterno

El vestido queda viejo y aún así

Siente el aliento del primero que le bailó el corazón

Se enciende la rocola en su cabeza

Y el bastón goza de aquel ritmo de invierno

Lo recuerda perfecto y lo mira calladita

Enmudece de pronto la vieja

En mente lo tiene, y el cuerpo detiene

En silla dura y blanco vello

No puede contener la copa

Y se le acabo el tango a la vieja

El vestido le queda largo y la vida corta

Y fatigado el bastón discute a la silla viuda

Mientras hacen la espera del alma difunta