jueves, 11 de marzo de 2010

La terrible desgracia del niño alcachofa

Muy abajo en el huerto de la comadreja
En una casita de madera, bajo una recia hortaliza
Nace el niño alcachofa, hijo del frijol Don Roberto
Y de la chismosa Papa Clarisa

De largos brazos y piel de heno
Niño orgulloso de alma insaciable
Que en vez de serle favorable
Resulto para él, mortal veneno

A cargo del Conde Morcilla se organizo un certamen
Al mejor talento, la gloria del huerto
Alcachofa emocionado a que todos lo aclamen
En trucos de magia se hizo un experto

A pesar de su ingenio Alcachofa desconocía
Que la magia en el huerto no era bien vista
Pobre Alcachofa, no sabía lo que hacía
¡No os imagináis los primeros en lista!

¡Y ahora verduras del huerto!
¡Presenciaréis algo extraordinario!
Una olla con agua hirviendo sacó del armario
Y al estrado fue llamado el frijol Roberto

¡Adelante padre! ¡Bebed de esta agua!
¡Os aseguro la juventud eterna!
Pronto tendréis de simiente el aura
Y sentiréis las entrañas tiernas

Y así fue Don Roberto
Orgulloso de su hijo
Se zambulló en el agua
Del enorme botijo

A continuación el pepino reclama
¿Por qué no he de recibir tan especial infusión?
Se levanta la papa, la yuca, la auyama
Y a lo mismo han de hacer alusión

Después de una larga jornada
Alcachofa agotado, se sienta
En las sillas del público, nada,
Excepto la comadreja grasienta

Es la única que aplaude con gran avidez
¿Por qué no echais un vistazo y me decís cómo va todo?
El niño alcachofa bebe de la infusión sumergido hasta el codo
Si no te sumerges del todo no podre medir tu lucidez

El niño Alcachofa sintiose ofendido
Sumergió su cuerpo en búsqueda de los demás
Sin darse cuenta que por presumido
Le hizo la cena a la fiera audaz